estuvo más raro que huevo de yegua, temprano...a según la hora me voy para una parada de colectivo o para otra, un poco de recuerdos musicales en las orejas y reprimiendo las ganas de fumar que me atacan más por las mañanas.
Me olvidé que tenía turno de siesta con mi médico clínico, control de sangre y pis, todo bien...charlita...me dice si tengo idea del por qué de mi comportamiento compulsivo respecto a la comida, al cigarrillo, al alcohol y le suelto flor de perorata durante media hora masomeno, mientras se agarra la cabeza, se ríe a carcajadas, suelta un par de lágrimas y me dice "sos una mujer lúcida"...ÑANDEYARA pienso para mis adentros, este tipo sí que no me conoce. Se refería a que en realidad debo atender mis pensamientos porque sola no puedo, que voy a poder pero que me va a llevar tiempo...o sea que, terapia, allá voy. Ayer hablaba por culéfano con mi padre y le contaba que el control ginecológico fue bien y que me faltaba lo del hígado, me preguntó que si me había hecho ver la cabeza y le dije que si estaba loco, ahí sí que me internan.
Mi gran compañera de vida, S. Mayor tuvo que salir corriendo a llevarme la orden médica (que había olvidado), buscar a su hermana de la escuela y volver a cocinar...las hojas de estudio están esparcidas por toda la enquilombada casa en la que vivimos.
Fui hasta la obra social de mi jefe a pagarla y no había plata (ida al pedo), fui a buscar la nueva tarjeta de débito de mi gran cuenta bancaria y tuve éxito, nada de cola, buen humor general a pesar de la ventolera con tierra común en estos días.
Compré algo de comer en el súper, fui al laburo a comer mientras interneteaba...se hizo la hora del médico, aproveché para sacar turno con una dermatóloga por unos lunares que crecen sin permiso...el único que me preocupa es el intertetal, ese que antes era sexy y ahora es una cosa amorfa, pequeña pero amorfa que sólo le faltan pelos para calificar de "rara" la visión general de mis tetas al desnudo, suficiente para que digan ¿y eso? con cara de asco.
Taxi hasta casa, era tarde y tenía ganas de tirarme un rato en la cama aunque fueran quince minutos.
Vuelta a la parada de colectivos, música brasilera en las orejas esta vez, el cole estaba hasta el moño de gente, no importa...llegué temprano, hice mate...revisé pendientes, dejé todo en cero, hice llamados, atendí un par de clientes, charlé con Ítalo (el vecino aparato) me contó del viaje de Ale, la señora a ver a Paul Mc Cartney y que ella estaba feliz y que él estaba feliz de poder regalarle eso y que...qué lindo pienso yo.
Revisé mi celular por enésima vez releyendo el mensaje de H. donde me desea un buen día y me manda besos.
Cerré tarde, vuelta a la parada de colectivos y éste es el viaje que disfruto más porque puedo ir sentada leyendo, ahora estoy con Relatos de lo inesperado de Roald Dahl, nada del otro mundo pero entretiene barato.
A esta hora me laten las patas, llego, S. Menor me cuenta su día, le regaló chocolates a su seño porque se partió la cabeza y le hicieron puntos, me cuenta qué comió y a qué jugó en casa de su padre, me cuenta que un nene de primer grado, rubio y con los pelos parados con gel la chistó y le hizo cara de galán.
"Má, qué se hace el lindo si encima es más chico que yo"
Un día raro.