2/4/13

Métodos

Tentarse siempre tiene que ver siempre con algo que no está bien. Durante mucho tiempo para mí, los libros fueron sagrados, era impensado doblarles una hoja o escribirlos, no señor, nada de eso y vaya que hubieron millones de veces en los que quise hacerlo, claro que no era difícil tampoco apuntar en un cuaderno lo que me interesaba pero no sé, no era lo mismo. Cada vez que osaba pasarle un lápiz, suavecito, suavecito para marcar algo sentía que la Señora Susana me estaba mirando decepcionada y hasta, a veces, parecía que la escuchaba 'no aprendiste nada de mí', ella era la directora de la escuela primaria donde fuimos mi hermano Pablo y yo, también era nuestra madrina, muy señorona, muy seriota, nosotros le teníamos una mezcla de respeto y miedo. Leía la última entrada del blog de El Demiurgo  y me resultó tentadora la propuesta de tomar una hoja de cualquier libro, recortar las palabras, mezclarlas, sacarlas al azar y de ahí nacería algo nuevo. También me topé con alguien que decía que, ante una página en blanco había que tirar palabras, una detrás de otra y que, al principio carecerían de sentido pero que luego te irían orientando para dejar que esa página en blanco fuera vencida con honores.
Pero no pude hacerlo, recorrí la pequeñísima biblioteca que tenemos en nuestra humilde morada y no, la Señora Susana volvió a aparecer al fondo del pasillo me hacía 'ojito' y no pude.

Pasillo de la pequeñísima biblioteca de nuestra morada, al fondo está el homenaje heredado de una ex suegra a la que quise mucho.






Señora Susana en la actualidad posando junto a su única nieta de su única hija, allá, tan lejos de acá.
                                          

4 comentarios:

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Me halaga haber inspirado tan buena entrada. Quiero aclarar que nunca hablé de arrancar una hoja de un libro para recortar las palabras, sino de un texto, que sí podría ser la fotocopia de un libro.
Hay otro ejercicio que puede servir con una biblioteca, abrir un libro elegir una palabra al azar, un sustantivo. Luego repetir lo mismo con un segundo libro y elegir un adjetivo, en un tercer libro un verbo y en un cuarto un complemento, lo que sigue después del verbo. Y lo que queda puede ser extraño pero tal vez inspirar algo.
Gracias por inspirarte en algo que posteé.

Abrujandra dijo...

Hola Demiurgo, en una parte de tu entrada hablás de "Se tiene un texto logrado o fallido, que no importe perder hoja de un libro y se recortan las palabras. " sin conminar a que lo hagan claro, eso me innnnspiró (con muchas enes), la recordé a la señora Susana, pobre ella pensaba que hacía bien pero es el día de hoy que, sé que los libros están para leerlos no para entrar en una psicosis de adoración.
La agradecida soy yo, ahí te sigo.
Un abrazo.

Abrujandra dijo...

Neogéminis ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Métodos":

Vengo de la mano del amigo Demiurgo y me complace decirte que comparto tu pudor sobre dañar libros, ya sea con un simple subrayado. Sugiero reemplazarlos por diarios o revistas, porque las técnicas sugeridas son muy buenas.
Saludos!



Publicado por Neogéminis para ¡Tengo que madurar y no sé cómo! a las 3 de abril de 2013 11:28

Abrujandra dijo...

Hola Neo, gracias por pasar, tu comentario está informado en el correo pero, no sé por qué no aparece acá.
Tengo pudor, no los daño es sólo que, como le explicaba a Demiurgo, entiendo que son para leer sin que eso signifique perder oportunidades de tomar nota "en el momento" (¿qué mejor lugar que en el libro mismo?) dado que, quienes escribimos sabemos que una idea es escurridiza, tiende a irse rápido.
Una amiga que es correctora y ama leer, un escritor al que admiro mucho han dicho que los libros son para usarlos.
Las técnicas creo que derivan de aquella asociación libre de ideas que usó Fredu (¿usó? ¿sugirió? no recuerdo).
Las palabras llaman a las palabras, creo que es genial recortarlas, es más mágico que simplemente escribirlas y asociarlas, eso es lo que me gustó de la entrada de Demiurgo.
Un abrazo, vení cuando quieras, siempre hay mate.