30/7/10

Olor a nuevo

La casa está bulliciosa, van y vienen los chicos, edades veinteañales esa hermosa tersura de la piel que nos recuerda qué inmortales nos sentíamos. Receso de facultad y reencuentros, el epicentro...mi casa donde jamás ha faltado un mate o un plato de comida para un amigo, tampoco un colchón en el piso.
Por un lado pasa mi mamá con el mate y me da un beso, la llamé porque la necesitaba y acá está.
El papá de S. Menor está en tratamiento y con un tirón más de soga que le dieron.
S. Menor hoy cumple ocho años, deberá firmar y poner foto en su documento nacional de identidad en breve.
Trabajamos mucho en la torta de cumpleaños mi mamá y yo.
El médico dice que no tengo nada preocupante simplemente deberé controlarme cada tanto.
Me siento aliviada, tranquila y, sin querer...empiezo a equilibrar el eje que se me había caído hace tres semanas.
El olor a nuevo es de este momento, este mismo en el que el teclado es penetrado por mis dedos y es un momento único e irrepetible, mágico y lleno de vida.
La vida está acá, allá...en cualquier momento se termina...pero en cualquier momento empieza la rueda a girar de nuevo, este tiempo es mío y nadie me lo quita, este tiempo en el que, por la piel de otro sentí el sacudón de vivir, no me lo voy a perder.

12/7/10

Recapitulación

Tenés que estar sola en un cuarto en penumbras, todo debe estar calmo. Tenés que concentrarte en aquello que sentís, te hizo mal, muy mal e inspirar despacio girando la cabeza hacia la izquierda, luego exhalar llevando el pensamiento junto con el aire que se va mientras tu cabeza gira hacia la derecha. Algo así decía un libro de Castaneda como un pase brujo para sacarse mierda de encima.
Bastante ausente he estado de este espacio que tan mío lo siento aunque sea público.
Y lo "público" se vuelve amigable hasta el punto de ir hilando vivencias, las tuyas, las mías.
Debo ser fiel a lo que siento, aunque no esté bien.
He tenido pocas horas de sueño y mucha angustia, como me dijo una amiga "estás en una batidora". Hace unos días el padre de S.Menor tocó fondo físicamente y de a poco va saliendo a flote, "no es lo mismo verla pasar que pararse a hablar con ella" decía una canción que a él le gusta mucho. Me ví inmersa en una angustia enorme de ver jugar, reírse, andar, preguntar a mi niñita mientras su padre se estaba muriendo, pensaba en cómo decirle, en cómo se sentiría, en cómo asimilaría ella la partida de su padre que ella tanto ama.
Dicen que todo está bien cuando termina bien, si bien aún no terminó...el temblor en las rodillas, dura.
Me reparto entre acompañar a su única hermana que, es mi amiga también, laburar, ver de pasar estos días de "vacaciones" de invierno de mis Souvenires y la inminente llegada de mi madre por estos lares, tengo sed de abrazos maternales.
Ya sé, ya sé...mi relación con ella ha sido por demás difícil pero, pero, pero...la extraño y estoy en los días previos a un nuevo diagnóstico de mi zona ex-reproductiva, como si tanto la usara para que se estropee así.
No te voy a negar que estoy asustada y que por las noches duermo poco y que sí, tengo que estar fuerte y con el ánimo arriba.
Que no sé cómo hacerlo, que trato...que...así están las cosas por estos días.
Recapitulo nuevamente, como en las otras ocasiones en que la compañera real de todos nosotros asoma la nariz, vuelve el divague filosófico de la existencia humana, de nuestro paso por acá, del más allá, de la nada, del infinito, del granito de arena perdido en el infinito.
Te escribo después para contarte qué pasó.