16/2/13

Tetongas

-Novio de S. Mayor, al que en poquísimas ocasiones la cabeza le funciona como si aún tuviera catorce años (o doce a tiempo contemporáneo), el resto del tiempo es un chico centrado, divertido y muy inteligente, le metió mano a mi maniquí. 
-La casa de la mamá de la novia que limpia cuando se acuerda o....

-Cuando los gérmenes amenazan con matarla en un plazo perentorio de no más de veinticuatro horas.
-Cuando no encuentra la pinza de depilar.
-Cuando no sabe cuál es el camino al baño.
-Cuando no halla los lugares en los que dejó los tres libros que está leyendo casi simultáneamente.
-Cuando repasa con mirada perdida el horizonte de caos casero con el índice derecho en la boca mientras piensa repetidamente como mantra: Yo tenía aguja de crochet nro. 8 estoy segura.

Y así es que muchas cosas que limpio están al lado de las que paso por alto como este maniquí.
Es divertido que la vida te dé estas sorpresas y que encima pienses que le puede interesar a alguien tanto como para hacer una entrada en un blog de ello.

                                                                                              La madurez me viene pegando mal.


Reglas de oro para la poco limpiadora: cocina y baño siempre impecables ya que son los lugares más importantes de la casa.
Regla de platino premiun (¿premium?)de mi abuela: se limpia y ordena sólo para no enfermarse y para encontrar las cosas, la fijación de la limpieza es de gente que está muy, pero muy enferma de la cabeza.

14/2/13

:)

A un mes de haber cumplido años me llega este regalo de un amigo hermoso (como lo son todos los amigos) que está lejísimo, gracias y mil veces gracias.
Es un puente y está en Amsterdan, me imaginé tomando té rojo con él ahí y después mate viendo cómo se le frunce la carita mientras lo prueba, de la misma manera en que la fruncimos cuando se bebe cerveza por primera vez. También imaginé que andábamos en bicicleta por toda la ciudad y que parábamos sólo para tomar aliento.
Imaginé que hablábamos mucho y que nos reíamos mucho también.

Guapetón, te devuelvo con este cuento que me hizo acordar a vos cuando lo leí:


El emigrante
de Luis Felipe Lomelí

-¿Olvida ud. algo?
-Ojalá.




13/2/13

Mirá vos


Recién llegadas a la casa, salimos unos días a San Martín de los Andes a disfrutar lo que esta loca vida tiene para sorprenderme.
Impensado viaje, me dijeron ¿vamos? consulté a S. Menor y dijimos sí, allá fuimos.
El pueblo no tiene yuyos sino rosas y mira al Lago Lácar, hicimos turismo gastronómico (frase con glam para decir que nos atiborramos de comida), cantamos, caminamos, miramos mucho, mucho, mucho esas cosas que no podés creer que estás viendo lo que estás viendo. Mateamos, filosofamos, comimos (ah, ya lo dije), leímos un poco y seguimos mirando mucho.
Acá te dejo algunas fotos, las que saqué yo son una porquería en comparación con las del futuro fotógrafo EMealcubo.


Panorámica volviendo del Parque Nacional Lanín


 S. Menor y yo-Lago Lácar


 Frente cabaña S.M. de los Andes


 Patio cabaña


 Lago Lácar-San Martín de los Andes


 Río Chimeuín- Junín de los Andes S. Menor


 Río Chimehuín-Junín de los Andes


Cerca de Junín de los Andes- Plataforma de avistaje de cóndores, no vimos ni uno solo, bastante parcos los tipos para salir a saludar.


Rutas argentinas- RN 234- Volviendo a casa.


Las imágenes son todas de EMealcubo amigo, vecino, guitarrista de rock que nos alegra la vida con su mansa presencia.
EMealcubo





Amargor de boca breve


"Quien busca la verdad merece el castigo de encontrarla"

Frase que fue escrita por Guillermo Arriaga para la película 21 gramos y que no salió en el corte final.



4/2/13

Toc, toc ¿quién es? soy la muerte, estúpida

Él me dijo va a ser sólo un trámite y le creí.
El doctor dijo que iba a ser sólo un trámite y le creí.
Vinieron a buscarme cuatro veces, el golpeteo de la veloz camilla por los oscuros pasillos de madrugada y el olor a hospital no me daban tiempo para pensar claramente en lo que pasaba, y pasaba vertiginosamente.
El trámite se convirtió en nosécómopasóesto, eslaprimeravezquemepasa, menosmalquenotedíelalta.
La cuarta vez era la definitiva y me dejé ir, más serena que antes, burlándome de ellos y riéndome que total, casi cuarenta años había vivido y tenía poco de que arrepentirme.
Me daba un poco de tristeza no poder soñar con ser abuela o ver a mi niña pequeña hacerse mujer pero qué importa ya.
Ya está, hasta acá llegué y a ver qué es lo que pasa después. Después, nada, ni luz al final del camino, ni voces celestiales, ni demonios tentadores, ni verme desde otro lugar, ni dios, ni nada.
Y el anestesista preguntó si creía en Dios y yo le decía que no.
Y desperté horrorizada, con un dolor inexplicable, gritando como de seguro pasó cuando mi madre me parió, ese día nací de vuelta, como otras dos veces más.
Pensándolo bien, debería festejar cuatro cumpleaños porque vengo en déficit de regalos ostentosos.

3/2/13

*Tapé po'í

"Y caminaba al lado del alambrado que me separaba de vos, sin querer había hecho un corto tapé po'í de tanto ir y venir, y me puse la pollera colorada con puntillas porque me dijiste que te gustaba, pollera que mi abuela me había cosido para bailar con el cántaro en la cabeza. La cosió con la maquina donde jugábamos al colectivo con mi hermano, mi hermano al que le pegaba porque no me dejaba manejar la rueda, esa rueda que hoy ya no existe como no existe el alambrado ni mi corazón pequeño latiendo fuerte de amor esperando que te acercaras a hablar conmigo. Nadie me veía mientras a escondidas daba besos al espejo imaginando como irías a mirarme y eras vos y tu mirada verde y te soñaba mientras mi abuela me cosía otro traje hamacando los pies acompasados en la máquina de coser y yo te amaba desde mi cuerpo de niñita y las lágrimas embroncadas que me saltaban cuando no aparecías y preguntaba mi abuela qué me pasaba ¿qué iba a decirle? ¿que quería verte solamente porque estaba enamorada de como me mirabas ? ¿qué iba a decirle? ¿que me daba placer lo nerviosa que me ponía cuando me mirabas?
Don Monti encontró la carta de amor que te había dado cuando caminaba al lado del alambrado y apareciste, te pegaron. Don Monti le dió la carta a mi mamá y ella me pegó. Te mandaron de vuelta a tu casa porque eras el criado de los alemanes de al lado y a mí me revisaron todo.
Y lloré porque no me dejaban caminar al lado del alambrado, el tapé po'í se estaba llenando de pasto y mi abuela me miraba triste y me habló del amor, lloré más y mi hermano me dejó usar la rueda de máquina de coser porque yo estaba triste y ya no me puse la pollera colorada con puntillas que mi abuela me había cosido para bailar con el cántaro en la cabeza, cántaro que rompí llorando porque ya no te iba a ver."

*Tapé poí : en guaraní sendero angosto (generalmente formado entre los yuyos o sobre el pasto por el paso humano frecuente)

2/2/13

Desorejada


S. Menor: ¿Puedo ver Amores perros?
Yo: -No mi súperamor, es una peli muy dura como para que la veas a esta edad.
S.Menor: -¡Uh loco! ¿qué, tiene escenas de sexo?
Yo: (tragando una bola de estopa inexistente)-No por eso mi amor es que hay peleas de perros, los vas a ver inertes y llenos de sangre, claro que no es de verdad.
S. Menor: -Ah, pero si es ficción puedo verla igual, ya sé que los perros no van a estar lastimados.
Yo: -No hijita, no la vas a ver.

Nos revolotea a su hermana y a mí cuando miramos algo en internet, pregunta, opina, pregunta y opina, vuelve a preguntar y vuelve a opinar.
Encontré el libro de la película y lo compré. 
Dos de la mañana yo levantándome a tomar agua la veo así (le pedí que posara, total ya la cosa estaba hecha), leyendo, se leyó el libro de la película Amores perros a escondidas y de un tirón.

Yo: -¿Qué hacés?
S. Menor: -Es que no me dejás ver la película y yo quiero saber de qué se trata, empecé a leer y no pude parar, acá anoté las palabras que no entiendo.
Yo: (bola de estopa en la garganta nuevamente)-Ah ¿te gustó? dejame ver qué no entendés.
Me acomodé las crenchas y me senté con una mezcla de orgullo y resignación, atisbando el futuro adolescente que me espera con esta "criatura" de diez años.

En una entrevista a Guillermo Arriaga que veíamos por youtube S. Menor lo escucha decir que la historia del perro Cofi es la misma que la de su perro, que hasta el nombre era el mismo.

S. Menor: -Mami ¿qué quiere decir con eso? 
Yo: -Casi siempre los que escriben lo hacen contando una historia propia, le pueden poner algo de ficción o modificar lo que no les gusta de la historia real o lo que les gustaría para que quede como les parece que debe quedar.
S. Menor: No es eso lo que te estoy preguntando, quiero saber si su perro lo metía él a pelear.
Yo: -Calculo que sí, sino no tiene sentido que diga que es la historia de su perro.
S. Menor: -No entiendo porque parece un señor bueno.
Yo: -Es complicado de explicarte y que lo entiendas.
S. Menor: Vos explicame y si no entiendo, te pregunto.

Intenté zafar para pensar en un pequeño discurso sobre las costumbres, los gustos, la idea de la vida y la muerte que la pudiera convencer. Pasó el rato y no preguntó más.
Días después despierto de la siesta y me informa muy oronda que lo buscó en google, que encontró que tenía twitter, que se hizo una cuenta, que lo empezó a seguir y que le preguntó por lo del Cofi y que él, le contestó.



Rodar y rodar

"Sé que voy a morir joven" pero pensaba en la juventud esa donde la carne está saliendo, con esa certeza que se tiene después de haber asistido al funeral de tu compañero de primer grado de la escuela primaria, verlo tieso y no entender qué le pasó.
Y así, el catorce de enero cumplí cuarenta y dos años, ya de juventud queda poco y no me he muerto aún, casi casi un par de veces pero acá estoy.
Sirvo de mal ejemplo, soy una base de datos al pedo y tengo habilidades que no sirven de mucho.
Hice dos hijas y amigos, me distancié de algunos por los kilómetros, de otros por propia voluntad, de otros sin querer, llegan nuevos, permanecen los de siempre, la esencia no cambia dicen por ahí pero creo que sí. 






Del egoísmo y otras yerbas

Desde que mi primera sobrina tenía ocho años dejé de hablar con ella por teléfono (hace once años aproximadamente que vivo a 2500 kms. de Posadas) y acá vine, acá me quedé, no tenía demasiadas ganas pero me quedé, de a poco me amigué con el viento, el laburo, la vida. Dejé de hablar con Sofía porque terminábamos llorando las dos, dejé de hablar de a poco con todas las personas queridas por la misma razón o porque no tenía guita para llamadas de larga distancia o porque escribir un email corto me parecía una falta de respeto y esperaba tener un rato tranquila para escribir la carta como los destinatarios se merecían, ese tiempo jamás llegó y no creo que llegue nunca ya.
No pasa un sólo día sin que los tenga acá conmigo, no pasa el año nuevo sin que piense con mucha fuerza que ojalá estén riendo, jamás olvido sus cumpleaños pero no puedo hablar, no puedo, más de una vez me hallé haciendo un mensaje de texto con un nudo insoportable en la garganta.
Mi madre partió hace un par de semanas de vuelta a Posadas a esperar la llegada de dos nietos más. Fueron nueve largos meses, vos sabés que no es fácil pero qué madre o padre no representa un problema en mayor o menor medida para un hijo, de la misma manera en que seremos un problema para nuestros hijos, si es que los tenemos. Igualmente le agradecí lo bueno que hizo mientras estuvo acá, en esta casa que no es mía y que no me importa que no sea mía, que no me importa que en cualquier momento me digan "andate", porque el rechazo de los demás no me importa ya, aunque cansa un poco que digan que sos de una manera que no sos, cansa. Si mi madre dice que soy de una manera que no soy, no debe dolerme que alguien más piense así, si madre fuera la madre típica, lo cierto es que mi madre murió hace casi once años, era mi abuela, mi madre, mi hermana, mi amiga ella sabía quién era yo pero se murió, la extraño pero no la necesito, la extraño nomás de una manera asfixiante. 
No sufro más que otros, no sufro menos que otros, no soy más importante que nadie si uno es sólo esto y en cualquier momento dejamos de ser.
La inexistente culpa me dio qué pensar, qué tan mala podía llegar a ser si es que no sentía culpa alguna. La verdad es que no me importa mucho nada, que la vida es así y será  que quizás he cambiado o no, quizás antes mentía para no sentirme no-querida, quizás sea que ahora no me importa ser no-querida y miento que no me importa, y de nuevo el mí-yo-egoísmo que tampoco me importa demasiado si total, uno nunca termina de conocer a nadie ¿quién tiene la verdad absoluta si tampoco nos conocemos a nosotros mismos? ¿o no te encontraste nunca haciendo algo que jamás imaginaste que harías? 
Estoy absolutamente fascinada con no saber qué va a pasar mañana.
Y acá tengo una revista que nunca voy a poder mostrarle a Javier, una remera que le encantaría a Raquel, un montón de botones para Silvia, un vino de las bodegas de acá para Gustavo, las mantas tejidas para mis sobrinas y sobrinos, los dulces caseros para Felipe y Lina, un babero precioso para el primer hijo de Carolina, la receta de los alfajores de piñones para Karina, las pizzas para Graciela, las tarjetas con hojas de los árboles de acá para Francisca, la carta escrita en papel para Zinha, el chaleco tejido para mi papá, el almanaque para mi mamá, los relojes para mis hermanos, la cerveza para Teresita, la puteada para Peque, la guitarreada con Fabiana, la letra de Galopera para Wilma, el abrazo para David, las ganas de San Bernardino, la placa del nicho de mi abuela, acá están.

1/2/13

De historias

"Para saber como es la soledad, 
habras de ver que un amigo no esta..."
L.A.Spinetta

Leía el blog del Oso, los comentarios a veces son todo un manifiesto que llegan a opacar a las entradas (a veces nomás).

"...nos inventamos esas cosas porque no podemos a veces con nosotros mismos" respondió él a un comentario que le había hecho yo.

¿Será que uno cuenta historias cuando nos pesa nuestro ser? ¿para entender? ¿para perdurar? ¿para no morir? ¿para no sentirnos solos?

Larga uno al vacío espacial una especie de piedra que no sabe qué ventana va a golpear (o a romper el vidrio), en medio de la soledad del escribir, el acto de sentarse a escribir, a llenarse de palabras, a escribirse sobre la piel lo que te duele, atormenta, apasiona, lastima, roe y emerger como cuando hacés la prueba de tocar el fondo de una piscina y desesperás por llegar a la superficie para respirar, para vivir.
Ya no estás solo porque estar solo es que tu amigo no está.