23/7/11

Ashuda

Hay momentos en que la cabezota me bulle de ideas y no tengo algo a mano para anotar, digo "después, de seguro esto que es taaaaaaaaan genial (ni tanto en realidad) no se me va a olvidar" y páfate...se me olvida, es ley.
A veces simplemente, no tengo ganas pero en otras (y son las ocasiones más chotas) tengo muchas ganas pero no me sale nada, nada de nada eh.
A algunas amigas que tengo desde que empecé en este blog están en las mismas, a una se le ocurrió una cruzada del tipo HACELO O TE PEGO, a otra simplemente está muchosa de cotidianidad.
Ayudémoslon mierda.

11/7/11

La máquina de hacer dolor

Hace una semana que estoy casi en soledad, salvo por la necesaria ida a trabajar. Me puse al día con muchas cosas pendientes, terminé dos retratos encargados no te vayas a creer que soy una dibujante profesional pero, ahora que lo leo, queda tan bián decir "me encargaron dos retratos" paaaaaa, en fin.
Se trata de una amiga de S.Mayor que vio algunas boludeces que dibujaba antes, por ahí me pica y algo hago, el tema es que eso te llega/lo hacés/el tiempo vuela, tiene esa secuencia siempre, el que me encarguen me molesta por el hecho de que coharta la libertad de mis ganas (ahora me hago la que tengo tiempo), la piba quedó conforme y a mi ego le hizo rebien.
Por otro lado estoy terminando (en dos noches) con Bajo el signo de Saturno de Susan Sontag un poco agobiada porque, cada vez que leo a alguien me lo imagino haciéndolo, en el caso de ella sobre su máquina de escribir, fumando, los pelos canosos sin acomodar, la imagino aterrada con su diagnóstico final, la imagino yendo a las sesiones para matar sus cánceres anteriores, los olores hospitalarios y me angustio. Aunque ella, maravillosa sobre sus palabras horada todo. ¿Imaginó ella que una boluda en el culo del mundo iba a estar leyéndola?
Así como ayer, como en día feriado desperté después de cuatro cervezas compartidas con uno de mis entrañables amigos de acá, tipo nueve de la mañana, sólo para hacer pis y paso por la compu, mi padre que, no puede con su genio periodístico me enlaza uno de los monólogos de Facundo Cabral y el día cambió, hoy desperté siendo otra, otra vez y me pregunto ¿cambiamos todos los días?
Así es que me senté como nena buena que hace sus deberes a escribir en mi blog que, se empezó a secar, no jodamos, todos los que blogueamos sabemos que, una entrada al mes es signo de inminente abandono.
Y este blog me salvó, no puedo ser tan hija de puta de abandonarlo así como ese kilo de carne que pediste junto con la carne picada pero que, sabés que no vas a poder pagar y lo dejás con cara de perro cagando bajo la lluvia, en alguna góndola. Ahí queda la bolsa ensangrentada totalmente desubicada como que te dice ¿por qué? si sabías que no me ibas a llevar ¿para qué me pediste pelotuda?
Pero este blog es mucho más que eso porque, como en la vida tangible, las relaciones forjadas acá, van y vienen, algunas están durando desde el primer día, una de ellas es una de mis grandes amigas hoy, con otros hasta fantaseé algún encuentro evidenciando que, como dijo Alejandro Dolina, "todo es para levantar", algunas veces no, pero algunas nomás.
En una entrada dedicada a S. Menor imaginé que, dentro de unos años, ella toda mujerota iba a abrir algún monitor ultrainimaginable ahora, y este blog iba a estar. Como un nuevo baúl de recuerdos, mientras mi carne y huesos ya no sean más que recuerdos.
No es que hoy sea "un gran día" o haya sido, o pueda serlo...es que hoy es ahora, es que antes de ayer me reencontré con un viejo amigo y nos alegramos tanto tanto que los mil doscientos kms se hicieron un metro y medio, es que estoy terminando un libro maravilloso, es que hice un par de dibujos, es que se murió de muerte fea un artista, es que S.Menor me dijo "cuando vos tocás la guitarra, me ayudás a pensar" y yo sólo araño las cuerdas mientras ella dibuja o hace ejercicios físicos (por ahí le pinta atletismo); es que me están amando y yo no me dejo, es que S. Mayor es una mujer íntegra, es que ella es amada y se deja, es que S. Mayor siempre está, es esto, que al fin encontré el boton para apagar la máquina de hacer dolor que todos tenemos dentro.

9/7/11

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¿Dónde se voy a poner el amor que me sobra?

Reflexión mínima que hago a diario sobre una de las tantísimas maravillosas frases de Facundo Cabral cuando miro mis sombras acompañantes.

4/7/11

Yapa

 Souvenir Menor torrando

La calidad fotográfica deja que desear dado que la madre, en esta fría madrugada, no enfoca bien y tiene poca paciencia. Pero me estruja el corazón pensar que dentro de pocos días va a cumplir nueve años y todavía duerme con "La Pulguita", me pregunto ¿cuánto falta para que la cambie por un muñeco de carne y huesos?

Deudas

Ando enumeradora últimamente, se me pasan cosas claro y cada vez más, resulta que mi laburo consta de más laburo a medida que pasa cada mes con el consiguiente problema de ser la única empleada, de tener un sólo cerebro, dos manos, un culo, dos tetas y cuarenta eneros distribuidos ampliamente en todo mi ser.
Tengo cada vez más ganas de nada, de sentarme a fumar (sin pensar en la tos matutina), con vasote de fernet o gintónic (sin pensar en el dolor de hígado posterior) a ver cómo pasa el tiempo un buen rato o hasta que se me de la gana. Sé que no es la altura del año porque he tenido como tres períodos de descanso en lo que va del año, sé que no se trata de afectos porque amigos me sobran, de amores ando bien, de reírme más que bien y de proyectos, llenísima.
La cría crece sanita aunque de vez en cuando pinta anginas, resfríos, engripaciones con mi sentencia de siempre "no se les ocurra enfermarse que eso es un lujo que no nos podemos dar". Aunque en este punto vale aclarar que en la ciudad en la que vivimos, la salud pública es excelente.
Tengo un par de dibujos que me han encargado, como tres proyectos de tejido andando, hice encurtidos, paté, tarta de manzanas (en cantidades grandes así dura pienso inocentemente siempre), me gusta cocinar aunque el tiempo que tengo cotidiano no permite que lo haga con la cabeza desenchufada, me han regalado palabras, he salido mucho...asados, juntadas, cine, algún que otra movida de culo en algún boliche (a mi edad, qué barbaridad...gente grande).
Hay algo que me está pasando y que no quiero dejarlo salir. Otra vez la valoración propia, esa mierda que fue pisoteada tanto tiempo (que dejé que fuera así) y que no logro recuperar para mí misma dejando fluir lo bueno que me pasa disfrutándolo como se merece. Me da una bronca que ni te cuento. 

1/7/11

El más bueno del mundo

Ella había entrado de la mano con Él, ambos de mediana edad. Ella le susurraba algo al oído y él la miraba con esa cara que tiene sólo los enamorados. Siempre me intrigó eso de amarse durante tanto tiempo, esa complicidad picarona que algunos logran con mucho trabajo, imaginaba.
Empecé a atenderlos en mi laburo, mes a mes, charla va, charla viene:
Ella:-No ando bien de salud.
Yo:-Cuidate.
Empezó a aparecer él solamente, en su (calculado a ojímetro) morochidad tucumana de metro ochenta, lindo, canosón, una sonrisa llena de dientes blancos, amoroso en su trato para con todo el mundo.
Yo:-¿Cómo está Ella?
Él:-Nada bien.
No me animé a preguntar más.
La siguiente vez entraron ambos como siempre, de la mano, cuchicheando, riéndose. Ya tenía una peluca y me contó.
Ella: Amor ¿comprás bizcochos de grasa?
Él: Enseguida.
Hoy hace cuatro días que Ella murió, Él fue a avisarme y yo lo único que recuerdo de todo lo que me habló fue que Él era el hombre más bueno del mundo, que todo tiene un principio y un fin, que cuando se trata de enfermedades de mierda no queda más que resignarse tratando de que, lo que resta sea el mejor recuerdo para los que quedan, que nada...absolutamente nada habría sido fácil sin Él a su lado.
Ella era bella, su voz era particular de esas voces que las escuchás una vez y las reconocés, grave...pausada.
Ella:-En veinte años de estar juntos no me vas a creer, nadie me cree...nunca peleamos. No sé cómo pasó pero existe Ale ¿ves? es el hombre más bueno del mundo.

No es ficción.