3/9/15

Ayes

El Otro

Roberto Fernández Retamar

Nosotros, los sobrevivientes,
¿A quiénes debemos la sobrevida?
¿Quién se murió por mí en la ergástula,
Quién recibió la bala mía,
La para mí, en su corazón?
¿Sobre qué muerto estoy yo vivo,
Sus huesos quedando en los míos,
Los ojos que le arrancaron, viendo
Por la mirada de mi cara,
Y la mano que no es su mano,
Que no es ya tampoco la mía,
Escribiendo palabras rotas
Donde él no está, en la sobrevida?

2 comentarios:

El Demiurgo de Hurlingham dijo...

Es perturbador pensarlo. Sobre todo con el efecto mariposa, en que un mínimo cambio puede desatar efectos devastadores.
Saludos.

Abrujandra dijo...

Querido Demiurgo gracias por pasar siempre. Creo que uno siempre debe sopesar las consecuencias y ver si se banca las negativas, bueno...igual, al final siempre hay cosas que recriminarse pero hasta ahora, no tengo demasiado asì que ahì voy.