18/9/08

En revisión


Encontré esto que lo escribí no recuerdo dónde y mucho menos cuándo.

Es una mala costumbre eso de no datar textos, supongo que se debe a mi costumbre de no darle importancia a lo que escribo, se aclara que este blog nace como una necesidad de

volver a mi antigua costumbre de escribir hasta en los bordes del diario.

Te muestro esta que fui. La imagen va porque la saqué (eso sí recuerdo) un soleado domingo y fijate bien que parece que uno está enamorado del otro, pero el otro ni lo registra.

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Venite a correr conmigo apurando el paso y de ser posible, a paso redoblado.
Que la ciudad te escuche, que sepan que te vas para siempre de sus ruidos y sus cansancios.
Que tus piernas se tensen cuando el paso sea más intenso, pero venite, sin esperas y que vean todos, que den vuelta sus cabezas y sus bocas abiertas no te den rienda para que caigan en la cuenta de que te vas…y al fin te vas.
Correr no es caminar, correr no es volar…es correr, sacate de encima el peso del tiempo transcurrido y de toda tu vida pasada.
Venite a correr conmigo y despedite para siempre de lo que ya nunca vas a volver a ver…eso sólo va a ser en tus pensamientos.
Esconderte tampoco es cobardía, si ya muchos tocaron tu valor con bajezas ordinarias, que esconderte no signifique huir, aunque huir a tiempo te mantenga viva.
Hay nuevos aires para que respires, hay un buen aire embriagador como ese perfume que tira tu cuerpo cuando dormís, hay…para vos guardado hay.
Ese recinto atemporal y asfixiante te está secando el alma, venite.
Si lo pensamos bien, la paciencia es una virtud de los estúpidos que se conforman con la ilusión de que todo puede cambiar y ese cambio que esperan pacientemente es para conformar su ego.
No seas carne de los estúpidos, venite corriendo conmigo, quiero darme vuelta y ver tu cara bañada en sudor de tanto correr.
Donde vamos no hay pasado ni futuro, será sólo el presente, el tuyo y el mío.
Hay gente imaginaria que querés ver, nebulosas de figuras que añorás, una serie de fantasmagorías que te esperan para sacarte una sonrisa.
Cerrá los ojos y dejate guiar, venite a correr conmigo.

3 comentarios:

Curupisa dijo...

Yo ya terminé transpirando y todavía no me decís a dónde me llevás...

Abrujandra dijo...

A Bariló

Abrujandra dijo...

En realidad es mi abuela Leonor que me llama.