Madre natura y cotidianidad me azotan los ratones contra el piso con estas cosas y bueno...no soy de plástico che. El señor del kiosco de la cuadra de mi laburo los vende a 0.50 ctvs. y apaciguan el calor laboral de la tarde mediante un refrescante tereré. Ésta es la evidencia gráfica de la primera vez que en esta temporada me apersoné a comprar el hielito.
Gran pene helado.
Cadáver del gran pene helado.
Si te parece que tengo la cabeza quemada, corre muy por tu cuenta la conclusión. Además, no jodamos, no soy la única persona en el mundo a la que le pasan estas cosas, ya sé...hay quienes no se dan cuenta, pero también creo que es cuestión de animarse a decir para ayudar a quien cree que es la única loca o el único loco que ve verguines, conchitas, culines, tetongas por todos lados y no es la abstinencia eh...nooooo para nadaaaaaaaaa. ( y no me extiendo en la manipulación de introducirlo a la jarra porque pienso patentar la idea, ya no me agarran más con ideas que doy y después se llenan de guita con eso y yo me quedo mirando al horizonte con cara de perro cagando bajo la lluvia)
2 comentarios:
jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa genial y qué rico el terere!
besos
Malala: ¿por los cuàntos dedos habilitados andamos?
Ay sí, a cada esquina me esperan estas cosas, ando caminando sin mirar a los costados ji ji ji
Besos.
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