5/5/09

A ver si sirvo para algo che.

En alguna entrada comenté que uno de los peores días de mi vida fue cuando me diagnosticaron por error con cáncer de cuello uterino. De ahí en más, como en muchos órdenes de la vida uno no da bolilla a ciertas cosas hasta que no le pasa, es lamentable dado que se ahonda en el sentido de la indolencia y el rascarse para adentro. Nunca me consideré una persona a la que no le afecten ciertas cosas del común de la gente y de la realidad cruda. Por ejemplo, cansada de la constante pena por sí misma de mi souvenir mayor, época adolescente perfectamente lógica que todos atraves/amos-iesan-arán,yo andaba de mecha corta le dije que fuéramos a los pabellones de oncología de cualquiera de los fabulosos tres hospitales públicos con los que cuenta la ciudad en la que vivimos, pero no los de adultos, sino los de pediatría para que viera lo que es dolor enserio. La cosa es que sí, capaz me haya excedido, pero funcionó. Si bien, no puedo hacer servicio social como corresponde, me refiero al comprometido, no digo que lo hago porque sino me entrego por entera a la tarea, para mí es lo mismo que nada. Los males de los demás no me son indiferentes, para nada.

Como mis primeros años estuvieron rodeados de pobreza, de marginación, la de alrededor, yo era nena rica (discriminada por eso en mi escuela de “negros” donde los únicos que llevaban zapatos éramos mi hermano Pablo y yo), pero tanto mi madre (cuando hay algo bueno, hay que decirlo también, no siempre se equivocó mi mamá) como mi abuela nos inculcaron la igualdad y lo demostraron con acciones, recuerdo a las viejas que iban a buscar “greifu” (le decían así al pomelo), yuyos, naranjas, limones o lo que sea que había en abundancia en la granja donde me crié, ellas jamás fueron tratadas de manera diferente a las amistades, en ningún sentido. Mi abuela las hacía pasar, les servía tereré (el calor estaba siempre presente allí), charlaba con ellas, les aconsejaba que si les dolía tal o cual cosa habían yuyos que no curaban eso sino que fueran al centro de salud. De tanto en tanto, remedios o ropa eran prolijamente guardados en cajas por mi mamá, y me llevaba con ella a repartirlos entre algunos que en algún momento prestaron servicios en la granja. Recuerdo a una en especial que había lavado la ropa durante unos años, y mi mamá se desesperó cuando la vió, se estaba muriendo de cáncer de cuello de útero, ahí, en su casa de paja y palos, de piso de tierra rodeada de doce hijos...la recuerdo a mi mamá corriendo hacia ella cuando la vió y Alcira le dijo “mirá ná Isabela, hasé la che barriga” (mirá me duele la barriga) levantándose el vestido, esa imagen en mi retina de ocho años permanece, así como otras muertes vivas que me miraron, pero esas historias serán contadas en otro momento.

Mi mamá la abrazaba y lloraba, después se me pierden las imágenes en la memoria, pero esa panza transparente y grande, Alcira era alta y delgada así que ese gran bulto delantero era notable, se le veían las venitas, recuerdo perfectamente como raíces azules y rojas surcándole entera esa barriga.

Después supe que al morir la habían enterrado en el patio de la casa nomás. Eso le contaba mi mamá a mi abuela un tanto molesta porque no le habían avisado con tiempo.

Cuando que alguien del pueblo moría y era de los pobres, salía mi mamá en su camioneta a llevarlos al cementerio, antes a comprar el jonca, Don Peña, el carpintero del pueblo era más bueno y tenía una línea de joncas a dos mangos justamente para el pobrerío, que abundaba.

En mi casa nunca un puto, un negro, un mongui, un rubio, un colorado, una puta, un conductor de tv,nadie que profesara otra religión, viejo, chico fue discriminado, las únicas personas a las que mi abuela no dejaba permanecer en su mundo eran los chusmas, siempre detestó ese tipo de gente y no tenía pelos en la lengua para sacarlos a empujones cuando venían “ le cuento que fulanaaa” a voz en cuello Ña Leonor les decía “en mi casa no, puerco” o puerca, ese adjetivo lo usaba en pocas ocasiones, era el más grave insulto que profería, claro que puteaba, pero cuando decía puerco Zas ya sabíamos que estaba recontraenojada y no había vuelta atrás.

En un librito que llegó a mis manos en estos días hay un artículo escrito por un ginecólogo de esta ciudad, es un tanto largo como para copiarlo acá, te paso un fragmento acá a vos mujer, a vos machote que pasás por acá, siempre puede servir, el artículo completo te lo tipeo acá.

Es del Cuaderno Sindical y Cultural de la Asociación de docentes de la universidad nacional de Comahue (Nº 2/Año 1-julio a septiembre de 2.008) , lamentablemente, como otras cosas, no llega a todos, pero desde mi lugar trato de difundir, está escrito por Ernesto Rosenberg:

...La carísima vacuna trucha


Para mayor gloria, ha salido a la venta la autoproclamada vacuna contra el cáncer de cuello de útero, cuyo coste duplica el de todas las vacunas programadas para niños y niñas.

El tema es que nos e conoce qué causa el cáncer, ni de cuello de útero ni de ningún lado, pero el laboratorio que la produce asegura que la vacuna contra el virus de las verrugas (o papilomas) humanas, el VPH (HPV en inglés), es el causante. Por tal descubrimiento no reclama el premio Nobel sino que todos los países compren su vacuna. Modestos no?

El problema es que el VPH produce verrugas hasta en las manos de los niños, y también en los genitales de los varones, y nadie nunca desarrolló cáncer a partir de esas lesiones verrucosas.

En las mujeres, parasita muy a menudo en sus genitales, por lo que no es nada raro que se lo encuentre junto con las lesiones precancerosas del cuello uterino, o las asemeje, y en las lesiones cancerosas; es creíble que tanto el virus como el cáncer se anclen, ambos, aprovechando un fallo inmunitario. EL virus acompaña a tales lesiones como el sombrero al campesino. De ahí a afirmar que cada sombrero implica, es, un campesino, hay un trecho tan largo como pretender conocer a alguien solo mediante el “dime con quién andas y te diré quién eres”. Sin embargo es lo que se viene aplicando desde hace bastante en cancerología a falta de un conocimiento profundo y real. A falta de ciencia, en una palabra. En Ginecología, hace mucho se persigue al VPH con caras y repetidas pruebas diagnósticas, biopsias y tratamientos, pretendiendo desterrar la amenaza de tan mala compañía, el virus, para conjurar así al cáncer. El miedo y la angustia inyectadas por la propaganda sanitaria a las afectadas apenas obtiene una prórroga a lo que parece un destino fatal, un castigo del más allá, el cáncer genital, con nuevas consultas, biopsias y operaciones que se reputen eternamente; en tanto que los profesionales aseguran la repetición ampliada de sus ganancias con clientes fidelizadas, cautivas. Como se ve, el terror tiene más de un creyente. Más cuando intereses y pasiones (y el miedo es la que más empuja) deslumbran el debate y la crítica. En algo así como “tiene razón pero marche preso”, el sistema segrega su credo.

La tecnociencia y su cría, la Medicina actual, sufren convulsiones de mercado, no pueden rescatar la verdad producida por el proceso de conocimiento científico porque están sometidas al lucro: antes que nada deben ser rentables. Nos dicen que no hay que ser quisquillosos, que al final es lo mismo un gato montés a que te monte un gato. Que con los indicios y la estadística sobra.

Yo digo que la vacuna para la *chucha es trucha.

....


Yo no sé vos, pero a mí, un tordo que escribe así me mata, y no de cáncer.

*chucha: familiarmente, órgano genital femenino, término adoptado de Chile, en esta región en la que vivo es común por la cantidad de chilenos que viven por estos lares.


5 comentarios:

bel! dijo...

Sí, algo me había enterado de ese virus, una amiga lo tuvo y la mamá anaba vacunando a todo el mundo, es farmacéutica... Pero bueno, yo nop, todavía... no sé, si no tengo que pagar sí, porque no?


Abraxo!

Milenius dijo...

lástima que de estos médicos quedan pocos...
muy buen post, abruja, besotes!

el oso dijo...

Buenísimo... NO conocía este caso, pero sí conozco algo de los fabulosos negociados montados en torno a vacunas contra el sida. Supongo que con variantes, la base debe ser la misma: "probemos, mientras vamos cobrando algún mango por adelantado a los conejitos de indias, no sea cosa que se curen..."

Besotes

Lidia dijo...

Buenisimo Ale!! No sabía que existía esa vacuna... muy buena información. Besotes

Abrujandra dijo...

bel: si te la ponés gratis, tampoco funca, es lo que dice el Rosenberg.

Milenius: yo pensé que ni quedaban jujuju.

el oso: tal cual, lo mismo que con la gripe chancha o la pajaril, pero unos cuantos van muriendo mientras tanto, en fin...hoy por hoy alguien me dice buen día y yo salgo a ver si hay sol, lamentable.

Lidia: ay tantas cosas que no sabés jajajaja.

Besos y abrazos a todos, hagan circular la info.