2/6/09

Una cosa, trae la otra.

Me despierto hoy en medio de una brutal helada, de las de la capital neuquina.

Abrigo a más no poder a Souvenir menor que sale disparada a la escuela caminando como Robocop y, quiero meterle algo caliente al cuerpote...¿Mate? ¿Té? ¿Café? ¿Chocolate inglés?

Gana café, no porque me guste más, sino porque el frío me hace dar una fiaca terrible (pero sólo en las primeras horas del día) y, me viene a la memoria un  poema sobre el invierno, lo busqué en internet, pero no lo encuentro y de golpe recuerdo que estaba en uno de los libros de lectura de la escuela primaria y se me iluminó todo, lo empecé a recordar y quería compartirlo con vos.

Estudiábamos la rotación, traslación, las estaciones y, al tocarle el turno al invierno, entre las actividades que se relacionaban con el tema que nos ocupaba y estaba ese escrito que recuerdo a duras penas..."soy poderoso porque hago que la gente ande con ganas de nada, que camine con la cabeza gacha reverenciándome". En una especie de competencia entre las demás estaciones, la de la primavera era recontrapava, algo así como las florcitas, pajaritos, la estación del amor...puáj.

El día nublado, frío y si tiene lluvia, me gusta más, hasta salgo a caminar si no tengo otra obligación, claro que siempre sola porque nadie que se precie de estar en sus cabales me acompañaría.

Y recordé a Calile, su nombre era Carlos, fue compañero mío en primer grado y sólo hasta la mitad de año, porque se murió y fuimos al velorio, como todo el pueblo, esta fue la primera muerte que olí.

Su madre casi me asfixia en su abrazo desesperado de pérdida inentendible. Llegamos y yo, adiestrada por mi madre, debía decir sólo "pésame", mientras Calile era testigo ido de lo que rodeaba esa cosa antinatural de la muerte de un niñito, sus ojos estaban bajo monedas, su cuerpo sobre una mesa y toda la parafernalia católica funebrera que hace que te sientas peor. Yo, entendía menos, supongo que porque tendría seis años. Mi mamá estuvo un buen tiempo presa de una gran paciencia maternal hacia mi hermano y a mí, recordaba cuando leía la última entrada de Milena y lo que dice respecto a que otro esté peor que uno. Cuánta razón tiene al referirse de que no hace falta eso, recurso que yo misma he utilizado en muchas ocasiones cuando me siento la peor.

En una oportunidad escribí algo así como un cuento con esa experiencia de mi compañerito muerto, pero me salió muy Gutiérrez Nájera y lo rompí.

Cuántas cosas salen disparadas con la lectura de algo o con el oler algo, con alguna imagen.

Al menos a mí me gusta desmenuzar el asunto, a ver hasta dónde es potente mi memoria y no, es débil nomás. Deberé esperar a la ancianidad donde todo está más claro, aunque siempre tengo miedo de terminar de ovillar esta madeja enmarañada que tengo la cabeza, vaya a saber uno con qué se encuentra al final.

 

16 comentarios:

Cris dijo...

Muchos piensan que es al contrario, que a la ancianidad todo se desdibuja. Me gusta la idea de que entonces todo cobra sentido, lo que pasa es que los jóvenes no lo entienden...

Besos.

Abrujandra dijo...

Cris: hola chuchi, yo creo que si llego a vieja, voy a martirizar a todo el mundo con mis historias de niña, además de volverme absolutamente impune y andar de paraguazos con los que hagan las cosas mal y tengan la osadía de cruzarse en mi camino.
Besos.

senses and nonsenses dijo...

a veces encuentras cosas del pasado, pequeñas tonterías, que disparan tus recuerdos en un instante...

respecto al cumplir años siento discrepar con vosotras. la mayoría de la gente lo único que consigue con el paso de los años es hacerse vieja. ...menos (p.e.) patti smith y deborah harry, míralas, cada vez más jóvenes...

un abrazo.

Santi dijo...

Todo ser una puerta al pasado, porque del presente, del presente, tan agobiante, dan ganas de huir; luego es cuando uno cae en la cuenta de que igual no estás en un lugar mejor...

Hummm, ¿y para qué serían las monedas? :O La muerte... intento recordar la vez primera que yo la olí... hummmm, no recuerdo... sí, tal vez la de mi abuela, pero no la vi... en cambio mi cabeza se va a la muerte de mi padre, un año después o cosa así... a cuando entre a una tienda cercana a casa, de todaaa la vida, y allí una mujer "María la coja" :), se me acercó con su porquería cristiana.... "aaaay, el pobre... papá está en el cielo", qué... creo que esa fue la vez primera, lo dudo mucho, que me llevé mis sentimientos a estar sólos conmigo... dicen que si la educación, que si innato, nooo sé....

Besos de a mi también me gusta más el invierno, pero detesto el viento (aaaays, me había olvidado de decirte que nanai:(

Valdomicer dijo...

Aquí metidos en un horno y tu sufriendo ya las heladas. (Este mundo no tiene remedio).
La costumbre de poner monedas en los ojos o en la boca de los muertos no es costumbre cristiana, sino pagana. Esas monedas eran para pagar a Caronte, el barquero que en cuya barca los muertos cruzaban la laguna Estigia para llegar al reino de Hades.
Esta según la mitología griega.

Any dijo...

Que recuerdo triste te disparó el invierno. La primavera será mas pava con los pajaritos y las florcitas pero a que no te trae esos "enlaces" mentales eh?
Che Abru, quien es el bigotudo? No lo reconozco!!!! Tas segura vos que te gustaba? No estarás confundida?? Ahjajajajaj!!!
Y bué ... igual te quiero y te mando un beso :P

Abrujandra dijo...

¡Ey! ¿Qué pasó con todo lo que escribí?

Abrujandra dijo...

Estaba por "segunda" vez contestando los comentarios y este navegadorcito se está poniendo cabrón conmigo. Aunque debo reconocer que no me llevo muy bien con el panelcito ese que tienen las nóbucs que atentan contra mi desarrollo psicomotriz (si es que tengo algo para desarrollar todavía).
Por favor tengan paciencia, estoy que vuelo de rabia.
Me voy a fumar al patio, les grito un poco a los perros que, siempre están haciendo alguna macana, eso me calma.
Ya vengo.

Abrujandra dijo...

Bueno, yastá.

Milenius dijo...

Hay distintos tipos de fríos. Y algunos nos hacen acordar a otros.
No creo que sea débil la memoria. Creo que es selectiva. Al menos, yo siento eso cuando me acuerdo de algo lejanísimo por un olor, un sabor, unos ojos...

Abrujandra dijo...

Dije yastá y no contesté los comentarios.
Pero qué falta de educación.
Sepan disculpar.

Acá voy, otra vez.

senses or nonsenses: si serás bruja, yo que quiero buscarle el lado positivo para llevar lo más alto posible mi ancianidad, y me tirás con la realidad por la cabeza.
Buáááá.

AntWa: las puertas, hace poco empecé con el asunto del "presente", total lo que pasó, ya está, lo que viene, no se sabe, pero no logro darle bien la vuelta de tuerca que corresponde y sigo sumiéndome en mis recuerdos.
Nani, nani, no te llegó al fin de cuentas por lo que veo.
Veré de alquilar un estudio de grabación.
Besos y decile a la coja que vaya a que le den por.....

Any: no digo que la primavera no me guste, pero toda la publi que tiene regada de color rosa y glitter me asquea.
Diego Verdaguer, yo estaba enamorada, enamorada mal...¿escuchaste la canción? patética.
Besos.

Milenius: ojos...sí, eso ojos.
Besos.

Abrujandra dijo...

VALDOMICER, mil perdones, lo de las monedas para pagar al tipito conocía, aunque no en tanto detalle, pasa que en el pueblo donde pasé mi niñez todos eran, son, por lo que sé muy devotos.
El tema del duelo, los años que debe llevar el negro completo de acuerdo al grado de parentesco, el medio luto.
Los rosarios para ayudar al alma en el purgatorio.

Vió como es el mundo, está patas para arriba, podemos intercambiar, ud. se viene con su señora esposa para acá y yo voy para allá...eso sí, me da vía libre en esa bellísima cocina.
Saludos.

el oso dijo...

Una cosa trae la otra, pero los golpes de la infancia nos traen ese olorcito a difícil y a fantástico que tenía el mundo que lo hacía tan mágico. Lástima que crecimos, nos educamos y nos desencantamos rastreramente.
Mientras, no sé por qué, hay una estrellita que alberga mi nona y no renuncio a ella.
Besos

Abrujandra dijo...

el oso: ...-Pero vino un idiota, el Idiota Concreto, ese idiota que a todos se nos cruza alguna vez, como un gato negro en el camino de la vida, y no sólo me explicó que no existían los horizontes, que las nubes no eran barcos de algodón a la deriva, en el infinito, y que la Luna no era un gran Farol preventivo, puesto allí para evitar que de noche nos tropezara algún planeta en la obscuridad sino que, además, me diagnosticó una aterradora falta de calcio en el organismo.-...

Capaz ud. lo conozca, se trata de un fragmente del particular prólogo de Sinlogismos de Sofocleto.
Besos.

oenlao dijo...

estaria bueno. entenderlo todo al final como en un policial. aveces me ha pasado que recuerdo algo y ahora lo entiendo.

Abrujandra dijo...

oenlao: eso, eso, eso...acordarme de algo y entenderlo ahora, es eso. Gracias.
Besos.