Lamur...lamur

En estos días fríos de esta latitud, la cantidad de hormonas juntas (ya mencioné que mi casa ha estado concurrida por jóvenes más de lo habitual, dado el receso invernal de la facu) han hecho que se produjeran un par de enamoramientos de esos que son tan lindos vistos desde mi distancia...en edad...en amores.
Mi sobrina mayor de estos lares es, en realidad, una sobrina que heredé del padre de S.Menor, se puso de novia con el rockstar de la banda de delincuentes a quienes llamo hijos postizos...S.Mayor, se puso de novia con uno de sus amigos...se sincronizaron los tipos, están hasta las manos y yo, disfruto más que ellos de verlos como se miran, como se besan, esa complicidad que sólo tiene esa etapa.
No sé si estoy más contenta yo que ellos. Será que todavía siento que me late eso que no sé cómo no se me secó y se me cayó. Tan lejos de esa quemazón de panza que produce la cercanía del ser amado, tan lejos me siento de eso y no te lo digo con tristeza, para nada...no ando buscando ni marido, ni novio, ni amante, ni creo en el príncipe azul, tampoco creo que todos los hombres son iguales.
Tampoco traslado en ellas aquello de vieja vinagre de decir "ya se les va a pasar" porque dure lo que dure, como este momento no habrá dos y además, vivir con miedo...para qué.