4/3/11

Siete años es mucho


 
Lo dejo acá para que me humedezca cuando la sequía arrecie por estos lares. Grabado per muá en la casa donde viví la mayor parte de mi vida en Posadas.

Cuando te vas de un lugar del que te querías ir pero en el que quedan los testigos sanguíneos de tu existencia, de tu descendencia y los amigos.
Después de este tiempo pude ir, animarme a largo viaje de ruta ya que por aire aun no puedo.
Empieza el bicho doble piso a acariciar el asfalto con sus redondos miembros redondos de caucho y vamos, S. Menor y yo.
El viaje es rigurosamente seguido por los esperantes, la pausa larga en Retiro antes de volver a partir es acompañada por Milena y su mini viaje de dos horas para matear cara a cara.
Su cara y su mano levantada saludándonos mientras la tarde cerrada de Bs.As. se encapota comenzando una llovizna persistente que nos sigue, nos sigue, nos sigue...sin ninguna parada...escampa y vuelve a llover. La autovía hasta Paso de los Libres me sorprende gratamente, me asusta el viaje...me gusta pero imagino miles de fatalidades mientras rezo a nadie por protección.
Los asientos elegidos son los delanteros para que S.Menor tenga una visión de primera llegando al cambio total del paisaje de la Patagonia a la selva húmeda.
¡Cuántos árboles que hay!
¡Qué gorda la lluvia!
¡Cuántos animales!
¡Qué parejito plantaron todo!
Como un mantra, esa era la secuencia que ella repetía apenas se despertó en Gdor. Virasoro ( o...reví soró...como decía en guaraní mi abuela, algo así como culo hecho flecos) en la Pcia de Corrientes, mi abuela era correntina, nacida en Santo Tomé, ella decía que era de la República de Corrientes...el correntino es algo así como el hincha de Rácing.
Llegando a la Garita (cruce de encuentro de la Ruta Nacional 12 con la Ruta Nacional 14) todo se me cayó arriba de la cabeza, los ojos se me abrieron y las calles rojas, las verdulerías a la vera de la ruta, una mujer barriendo la vereda, un hombre en bicicleta con la gorra vieja que decía Club Guaraní, el camioncito viejo lleno de sandías a 2 x $10, se me anudó la garganta.
Llegamos a la terminal y nos esperaba mi padre con su esposa (casado en segundas náuseas), quien fotografió los abrazos primeros. No la conocía y me resultó una mujer muy linda. Nos llevaron a casa de mi madre...la misma casa que era de mi abuela, la misma donde S.Mayor dio sus primeros pasos, la casa donde viví mucho tiempo...la casa donde ella murió y donde la velamos. La ruta 213 a siete cuadras de la Quaranta eran los lugares donde ella andaba con su bastón comprando y charlando con los almaceneros.
Me pareció verla caminando, me pareció verla parada con los brazos descansando sobre la reja, como hacía siempre que sabía que íbamos, esperando...pero era mi mamá.
Se fue mi padre, quedamos charlando del viaje, nos bañamos, comí mandioca, llegó Daniela con Benjamín, la esposa y el hijo de mi moreno de oro quien estaba trabajando. Tampoco los conocía, el féisbuc no alcanza para los olores, los besos ni los abrazos.
Daniela es como un pollito mojado, te dan ganas de llevártela y darle sopa mientras la arropás para que se duerma. Benjamín es un bebé hermoso y tranquilo, mi moreno de oro es un hombre ya.
Mi hermano Pablo volvía de sus vacaciones por Salta, la misma noche del día que llegamos...así que esa noche fue de juntada nuevamente. Muchos abrazos y arrepentimientos de no habernos visto antes. Pablo está igual, Karina...mi cuñada mayor ya se anima a más, toma vino y charla animadamente...mis sobrinas hermosas...la mayor, la que me hizo tía fue mi compañerita antes de que nos viniéramos a vivir a Nqn., Sofía es una adolescente bellísima y callada, yo buscaba su mirada y en su mirada esa nenita que siempre quería quedarse en mi casa.
Comí guayabas que crecen en la calle, los vecinos gritaban haciendo urras.
Comí mandiocas "¿Qué querés comer? ¿mandiocas?¿por qué?" porque me pasé siete años con ganas de comerlas a mis anchas, blancas, tiernas, humeantes y acá sólo las conseguí dos veces, poniéndole mucha imaginación y amor salieron masomeno comibles.
Claro, para ellos es corriente y hasta vulgar, pero qué manjar.
Los planes de cruzarnos a San Bernardino para poder ver a mi familia de allá (el hermano de mi mamá, mi adoradísimo tío Casin, mis primos)se truncaron.
Los lugares donde pasé mi niñez y la ilusión que tenía de que S.Menor conociera ese otro mundo que también es suyo, ese mundo lleno de bicheríos, de lluvias sin anunciarse, de sudor, de tierra enamorada de las uñas, de verde invasor del espacio, de los arroyos anchos como los ríos de acá, de la cigarra siestera, de la tonada que no me abandonará, la tonada en la boca de todos por allá, en esas nubes que te cuelgan bien arribita de la cabeza, de ese lago que está cristalino y hasta tiene peces, la arena gorda, los camalotes y sus flores, quería atardecer con ella mirando el cerro Aregüeño y de cómo el sol se va yendo tan naranja que te enrojece...no pudo ser, pero no importa y, realmente no importó porque cuando se enteraron de que no podía ir, vinieron hasta Posadas algunos, no toda la troupe...pero vinieron mi primo menor y el mayor, ese acto me colmó de satisfacción.
Me atoré de Curupisos, su bello jardín, su aireada casa, el pasto, Curupezno que es un personaje total.
Volví llorando hasta Bs.As., me quedó todo el triperío revuelto de sensaciones encontradas...los enormes ojos de Sofía llenos de lágrimas (quiero ir con vos tía), el abrazo largo y fuerte de mi amiga Curupisa, sus ojos también así, como los míos, Curupiso que tiene el corazón tan grande que creo que es alto porque así lo tiene distribuido, Curupezno y sus deseos gráficos de buen viaje, mi padre, mis hermanos, en fin...en esa plataforma se quedó una mitad mía.
Grafiquemos...el orden de los faroles, no altera el alumbrado:
 Baucha con Mailén, la hermana de la hermana...la hermana compartida.
 Sofía y yo
 Baucha y su abuelo (mi padre...mi padre...mi padre)
 Mi moreno de oro.
 Bieeeeeeeen de entrecasa...curupiseando con Sol
 Mile y Baucha
 Baucha y sus primas
 Danielita, un ser dulcísimo mamá de Benjamín y esposa de mi moreno de oro, con Baucha y Sofi.
 Josejó y yo.
 Picando alguito la familia a pleno...estas mesas me encantan. El primaje paraguayo en todo su esplendor.
 Albertico y yo.
 Mi madre en la costanera posadeña.
 Mi hermano Pablo
 Benjamín y Baucha
  
Llorate algo bruja

Apenas llegamos a Neuquén me esperaba otra partida hacia Bariloche pero esa es...otra historia.

6 comentarios:

ñandeyara dijo...

Debo hacer una corrección de maestro ciruela: en La Garita empalma la RN 105 (que lleva hasta la 14) con la RN 12.
Viste, tanta emotividad para hacer un comentario tan boludo...jejeje...

Abrujandra dijo...

Uh...qué boluda, siempre creí que era de otra manera. Bueno, no es que no sea novedad que soy boluda. Tu emotividad pasa por otro lado...a que no sabés qué remera encontré entre las cosas que me traje, de esas mías que habían quedado en casa de ¿mamá? me cuesta decir...casa de mamá, para mí todavía es la casa de abuela.

ñandeyara dijo...

Puaaaaáááá...que resultan buenas las Hering compradas en La Placita

Abrujandra dijo...

Me morí de ternura cuando la volví a ver. La calidát jéring ya no es lo que era.

Gus Planet dijo...

Hola Abru!
Me leí 'de corrida' todo éste increíble relato que nos relagas aquí y me sentí un poco como que 'invadía' tú privacidad al leer tantas historias de vida y tantos sentimientos 'al crudo'... no importa, éso es lo que tiene ésto del cyberespacio: te comprendo totalmente tantos sentimientos cruzados y algo 'ambiguos', pude haber sido yo el que hace muchos años escribió ésto, pero no, no me ha tocado y no creo que lo haga ...
Cada uno vive el duelo de la distancia a su manera y tú mi chamiga, eres 'pura tripa'. ¿Será entonces éso lo que tanto me atrae de ti?

Un beso enorme, hasta me dan ganas de darte un largo y fuerte abrazo, de ésos, de los nuestros, de los que tenemos el corazón partido pero que cada uno lo vive a su manera...

GUSPLANET

Abrujandra dijo...

Gus...qué cantidad de cosas lindas que decís.
Te devuelvo el abrazo, un poco tarde claro.