9/4/11

Tatuajes

A veces te das vuelta en una esquina y te encontrás con seres que parecen salidos de un cuento de terror, otras...con existencias que se te cruzan como una aparición para dejarte señales (juro que no fumé nada que no sea tabaco).
La cosa se configuró en una tarde al lado de mi laburo, suelo pasarme un rato a saludar y estaba Él sentado con sus muletas, sus piernitas cruzadas de tajos, taladradas por barras de titanio en veinte operaciones, su cuerpo sin descanso natural estaba en vigilia gracias a la morfina. Su voz dulce cruzó el lugar, su cara tenía la expresión del que atraviesa el horror y continúa sólo porque sigue respirando. 
"No me mires así" me dijo.
"Te conozco pero no sé de dónde" cometiendo absoluto *sincericidio.
Uno de los chicos que laburan ahí me dijo quién era.
"Ah...sí ¿cómo estás?" metí la pata.
"Como puedo". Sincericidio de parte de él.
"¿Cómo hacés para respirar?" le dije casi al oído.
"Con morfina negra" se confió. 
Cosas que ya sabía era que había tenido un terrible accidente y luego me contó lo de sus largas horas sin poder dormir, el constante estar haciendo, el amor de su hija, de su novia, el parate que tuvo que dar obligadamente. 
"Ya me hice el piercing nasal y quiero tatuarme" embutí sin sentido como cuando me pongo muy nerviosa y no sé qué decir, deduciendo que al otro le importa lo que yo diga.





"No te ensucies la piel" me dijo, justo él...que tiene casi todo el cuerpo tatuado.

*sincericidio, copiráit Mile 

2 comentarios:

EduSaurio dijo...

Si el señor ese te dijo que no te ensucies el cuerpo es porque sabe lo que dice... o ya pasó las fronteras de lo decible.

Abrujandra dijo...

Edu querido del alma mía, sabe lo que dice porque las fronteras de lo decible las pasó (es que quería escribirlo yo también).
Te quiero.