18/6/11

La inutilidad de ser madre segundiza

Caminaban delante mío S. Menor y su compañera de escuela comentando la pena que les daba que Belgrano hubiera terminado sus días "pobre y olvidado después de haber hecho tanto por la patria" "lo que más pena me da es que tuvo que vender su reloj de oro para pagarle al médico porque ni plata tenía el pobre" (sic)
Yo: ¿De quién hablan?
Ellas: De Belgrano.
Yo: Ah el que murió de un grano.
Ambas me regalan una hermosa cara de culo.
S. Menor: Mamá ¿a vos te gustaría que yo me burlara de alguien importante para vos?

6 comentarios:

cirita dijo...

Inodoro Pereira diría a mendieta: Chiste malo e inoportuno...
Pero, bueno, hermanita, así somos las madres, un poco desubicadas a veces. Uno quiere descomprimir la tensión y termina aniquilado.
Debe ser parte del lento proceso de aniquilación al que todos los padres estamos destinados, no?.
Yo igual, la reivindico: prefiero morir de un grano que venderle el relojito de oro a un gusano prestamista para garpar al matasano... si total, a todos nos tocará ir a mirar los rabanitos desde abajo, no?
besos miles
La Cirita

Tommy Barban dijo...

Más que desubicada, casi hereje! Nada más solemne que un chico de delantal o afines.

Abrujandra dijo...

CIRITA: Vivo metiendo la pata, ella (menos mal) es ubicada igual que su hermana.
Besos.

Abrujandra dijo...

TOMMY: La solemnidad me tuvo podrida siempre (los actos escolares de la infancia y de las infancias de mis retoñas) y bueno, me salta la cadena qué quiere.
Además el chiste bastante patético...murió de un grano, es más viejo que hacer pis en los portones, suelo ser patética jujuuuuuuuuuuu

ñandeyara dijo...

Ahoa, yo quiero ver a esas MAESTRAS TAN ARGENTINAS y a toda la perorata del belgranismo que nos agarró de pronto explicar cómo fue que se contagió la sífilis... Y al final murió de un grano, nomá te digo...

Abrujandra dijo...

ÑANDEYARA: Los actos escolares fueron, son y espero que dejen de ser una mierda, cuando Violencia Rivas le grita (en el acto del nieto) CALLATE ARGOLLUDA, DEJÁ DE MENTIRLE A LOS CHICOS me sentí absolutamente identificada.
Pobrecito haber muerto así, de un grano nomás.